Unidad de cuidados paliativos

La Clínica Guimón dispone de una unidad de cuidados paliativos, ubicada en la planta cuarta de la Clínica, en la que el paciente recibirá los cuidados sanitarios que precise durante las 24 horas, siempre supervisados y pautados por los médicos de la unidad.

El servicio de enfermería estará siempre en contacto directo con los responsables médicos de dicha unidad, de cara a garantizar la mejor calidad de vida posible al paciente y a sus familiares y minimizar su sufrimiento, así como el médico del servicio de urgencias, que estará disponible las 24 horas.

Se informará a la familia en todo momento del estado y evolución de paciente, así como del horario de visitas de los médicos de la unidad, para que puedan reunirse con ellos.

Los cuidados paliativos son una parte de la asistencia sanitaria dirigida a mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familiares, cuando se enfrentan a los problemas asociados a las enfermedades avanzadas potencialmente mortales.

La medicina paliativa incluye la prevención y el alivio del sufrimiento mediante su identificación temprana, así como la evaluación y el tratamiento de los síntomas físicos, psicológicos, sociales y espirituales.

En las últimas semanas y meses de vida se concentra una gran cantidad de síntomas físicos que provocan un gran sufrimiento en la persona enferma y, en consecuencia, en sus seres queridos, que desean ante todo que esa persona tan importante no sufra.

Desde la medicina paliativa se puede abordar el control del dolor, la dificultad para respirar, el fallo cerebral (delirium), las alteraciones digestivas (náuseas, vómitos, estreñimiento, diarrea), el insomnio, etc. Hoy se dispone de un conocimiento científico suficiente como para tratar todos estos síntomas y aliviarlos. Por tanto, es un imperativo ético tratarlos y es una buena práctica médica exigible como un derecho humano fundamental, como lo dice la Asociación Europea de Cuidados Paliativos (EAPC).

Por otro lado, afrontar el final de la vida provoca un importante impacto en los ámbitos emocional (tristeza y ansiedad), social (se pierde gran parte de la red social por el aislamiento que provoca la enfermedad) y espiritual (como pérdida de sentido y preguntas sin respuesta). Se hacen necesarios profesionales, como los de este equipo, dispuestos a la escucha y al acompañamiento y que se orientan desde la humanización. Esto contribuye, sin duda, al alivio del sufrimiento.